sábado, 3 de julio de 2010

Construyendo equipo

Una de las misiones más difíciles e importantes del líder es la construcción de su equipo. Entender cuál es el momento en que es necesario dejar de funcionar sólo para apoyarse en otras personas, es una señal de buena conexión con la realidad. Construirlo, y sobre todo por primera vez, requiere de las mejores herramientas y de su aplicación con inteligencia.

Pero, ¿Qué es realmente necesario para que un equipo funcione?

Conocemos la diferencia entre grupo y equipo. Un grupo de trabajo es un conjunto de personas que realizan una labor similar la cual no tiene dependencias del trabajo de sus compañeros: cada uno realiza su trabajo y responde individualmente del mismo

Por el contrario, en un equipo de trabajo, cada miembro domina una faceta determinada, tiene unas aptitudes diferentes y unas funciones concretas asignadas, por lo que se necesita de la colaboración / participación y compromiso de todos sus miembros para lograr los objetivos planteados. 

Para lo anterior, es muy importante la coordinación, lo que va a exigir establecer unas reglas de comportamiento y comunicación, que se deben respetar por todos los miembros del equipo. La función de las normas en un equipo es regular su situación como unidad organizada, así como las funciones de los miembros individuales.

En el equipo de trabajo es fundamental la cohesión, que haya una estrecha colaboración entre sus miembros. Dicha cohesión se expresa en la solidaridad y el sentido de pertenencia al equipo y en su identificación con los objetivos del mismo.

Existen iniciativas conocidas como Team-Buiding que tiene como objetivo hacer equipo. Se tratan de actividades integradoras y vivenciales en forma de juegos (rafting, campamentos, trekking, karting, etc.). Dichos juegos son diseñados para alcanzar estos objetivos: comunicación, compromiso, confianza, liderazgo, estrategia, manejo de conflictos y resolución de problemas. Con estas actividades se pretende transferir dicha experiencia vivida a la realidad laboral logrando alcanzar fines empresariales, profesionales y personales deseados.

Pero realmente, ¿a hacer equipo se aprende? 

Los valores de las personas (comunicación, compromiso, y los mencionados anteriormente) son difíciles de cambiar. Cada persona individual miembro de un equipo da un peso e importancia diferentes a cada uno de ellos, la cual pude que no sea la necesaria para conformar un buen equipo. Es importante que en un equipo se encuentren alineados los objetivos y valores del mismo con los objetivos y valores individuales.

Lo anterior se hace complicado con la diversidad de perfiles profesionales y personales que existen. Un buen comienzo es tener un pilar básico que caracterice a todos sus miembros: la actitud hacia el trabajo.  

Antes que aprender a hacer equipo es necesario querer ser equipo. “El camino al éxito se recorre dos veces, primero en tu mente y luego en la realidad”. Sin una actitud colaboradora, comunicativa, humilde y respetuosa de todos y cada uno de los miembros del equipo nunca se llegará a alcanzar el éxito. 

No debemos olvidar que “como personas individuales podemos hacer grandes cosas, como equipo podemos hacer cosas extraordinarias”.

1 comentario:

  1. Claves para que un equipo funcione:

    - Conseguir que todo el equipo interiorice los objetivos como propios. Transmitir inspiración.

    Un equipo donde, sus miembros, tienen los objetivos dentro de sus corazones y, los consideran como una realización personal es un equipo al 150% de fuerza.

    - Hacer sentir a cada miembro como la persona más importante del universo dentro del equipo; de hecho, cada uno de los miembros del equipo lo es.

    - Personalmente le tengo cierta aversión a los conceptos de humildad, desde mi punto de vista son un invento cristiano que lleva a enfoques reductivos de la propia personalidad. Veo más interesante la honestidad absoluta: si soy bueno, lo vendo, si cometo errores, los asumo y corrijo.

    El modelo japonés tradicional, incorporaba ese componente de "transmitir humildad" que, en última instancia, se convertía en luchas de ego encubiertas tras palabrarería vana humilde.

    - Cuando ocupas el rol de cabeza del equipo debes realizar una asunción total de la responsabilidad, es decir, cuando haya problemas o errores, los errores son tuyos. Cuando las cosas vayan bien el mérito es del equipo, no del líder.

    - Cuando eres un miembro del equipo no siendo su líder, debes asegurarte de no dañar la imagen de éste, ya que puedes afectar a la cohesión del equipo. Eso sí, si el líder es un problema, hay que reemplazarlo sin medias tintas.

    - Aunque lo pretendamos, no existen los equipos funcionales descentralizados y sin cabeza. Es un buen propósito el eliminar jerarquías artificiales, pero siempre existen las naturales donde el más carismático dirige. Sabiendo todo ello y siendo realistas, aprovechemos la jerarquía natural en favor de nuestro equipo.

    Veo tantos elementos interesantes sobre la construcción de equipos que daría para un libro completo sobre el tema ;)

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