domingo, 23 de mayo de 2010

La importancia de desaprender

Imaginaos en la Sabana viendo pastar a una grupo de cebras, tranquilas y relajadas, disfrutando del momento. ¿Os sorprenderíais si os contase que 5 minutos antes, dicho grupo fue atacado por una manada de leones y el resultado fueron un par de cebras muertas?

Las cebras no disponen de un cerebro tan desarrollado con el del ser humano y carecen de cortex cerebral, parte que nos permite ser racionales. Dicha parte del cerebro se encarga, entre otros aspectos, de almacenar las experiencias pasadas y utilizarlas para evaluar correctamente situaciones momentáneas.

Si la experiencia de la cebra fuese vivida por un ser humano, no volvería a estar tranquilamente pastando nunca más. El disponer de cerebro cortex nos ha permitido, obviamente, desarrollarnos frente a otras especies al poder analizar situaciones de riesgo en base a datos originados en situaciones pasadas. No obstante, también nos ha generado una serie de preocupaciones (estrés) continuas y, en muchas ocasiones, ficticias (que haya ocurrido algo en el pasado no significa que vuelva a ocurrir).

Sorprendentemente la mente es capaz de pasar al consciente sólo la información que considera relevante, basada como hemos comentado en todas nuestras experiencias anteriores. Teniendo en cuenta que la genética está orientada a nuestra supervivencia y a nuestra mejora como especie, la mente selecciona, en muchas ocasiones, pensamientos negativos que nos pongan en alerta. De lo anterior se desprende que la experiencia nos condiciona, que vivimos anclados en el pasado, reviviéndolo una y otra vez.

Un ejemplo claro de lo anterior son los niños. Los niños aún no disponen de tantas experiencias como un adulto lo cual les permite ser más espontáneos, asumir más riesgos, no tener miedo al fracaso, ser más entusiastas.

Si a un niño le propones ir el fin de semana a la playa ya que va a hacer muy buen tiempo. Seguramente esté toda la semana eufórico pensando en el momento. El adulto, por el contrario, es probable que recuerde alguna mala experiencia (lluvia, coche estropeado, malestar) pasada que le impida disfrutar tanto con el niño.

¿Cómo podríamos volver a ser niños? ¿Cómo podríamos desaprender todo lo que hemos aprendido?

Nuestra mente es selectiva y estamos condicionados por ella. Cada uno de nosotros ve aquello que quiere ver. Por tanto, podemos cambiar nuestra visión hacia un punto más positivo, olvidarnos del pasado y de las experiencias y centrarnos en vivir la actual tal y cual nos gustaría sin ninguna manipulación por nuestra parte.

jueves, 13 de mayo de 2010

Ser eficaz aumenta la calidad de vida

“Siempre que te descubras en el lado de la mayoría, es hora de detenerse a reflexionar” (Mark Twain)

En los últimos años ha surgido un nuevo concepto conocido como “el Nuevo Rico”. De dicha forma son consideradas aquellas personas que no centran su vida en el trabajo  como  medio para poder disfrutar de ciertas cosas, sino en sus ilusiones, deseos y sueños.

Dicho nuevos ricos se caracterizan por poder disponer, no ya tanto de dinero, sino de tiempo y movilidad, comenzados a considerar la moneda del futuro. El dinero está pasando a tener un valor relativo en nuestras vidas. ¿Quién gana más un ejecutivo cuyo salario anual es de 50.000 euros y trabaja diariamente de 9:00h – 20:00h o una persona que tiene un salario anual de 30.000 euros trabajando de 08:00 – 15:00?

Todos podemos llegar a ser “nuevos ricos” y el comienzo del camino comienza por aumentar nuestro tiempo libre, aumentando la eficacia en el trabajo. ¿Conocemos realmente la diferencia entre eficiencia y eficacia? La eficiencia consiste en realizar una tarea de la forma más efectiva posible de tal manera que la calidad sea máxima, en un tiempo mínimo y con un coste mínimo. Pero, ¿cuál es el valor que dicha tarea aporta nos aporta? ¿Cuál es la importancia que le damos a la misma?


Emplear nuestro tiempo en tareas que no aportan valor y esforzarnos en ejecutarlas de forma eficiente es una situación habitual causada por una cultura que premia la ocupación en lugar de la productividad. La consecuencia son jornadas laborales extensas realizando tareas que, en muchas ocasiones, no redundan en un beneficio directo para la Compañía y el empleado.

¿Cuál sería la postura de un nuevo rico? Dicha persona, valorando su tiempo, realizaría el trabajo centrándose en la eficacia, es decir, empleando los esfuerzos y el tiempo en las tareas que le ofrecerán los mayores resultados y los objetivos buscados, permitiendole disponer de más tiempo para invertir.

Ser eficaz no es tan complicado cuando acudimos a la “Ley de Pareto o principio del 80/20”, el cuál dicta que el 20% de las tareas producen el 80% de los resultados por lo que es clave identificar dichas tareas para dedicarles tu tiempo. Una vez identificadas, en contra de lo que pueda parecer, lo ideal sería no dedicarles más tiempo de lo estrictamente necesario puesto que como todos sabemos, una tarea crecerá en importancia y complejidad (percibidas) en relación con el tiempo asignado para llevarla a cabo.

Os animo, de ahora en adelante, a ser nuevos ricos, a tener presente la ley de Pareto en cualquier faceta de vuestra vida puesto que siempre lleva asociada un aumento de la eficacia, el cuál redunda en un aumento del tiempo y la calidad de vida.

domingo, 9 de mayo de 2010

Baile lento

Esta semana me he encontrado con un poema precioso que me ha hecho soltar un escalofrío. Me gustaría compartirlo con vosotros:

"¿Alguna vez has mirado a niños
montar en tiovivo?

¿O escuchado cómo la lluvia
cae golpeando el suelo?

¿Seguiste alguna vez el vuelo errático
de una mariposa
u observado el sol desvanecerse
en la noche?

Aminora la marcha.
No bailes tan deprisa.

El tiempo no dura.
La música dejará de sonar.

 ¿Atraviesas con prisas días
que se te pasan volando?

Cuando preguntas: ¿cómo estás?,
¿escuchas la respuesta?

¿Al final del día
te tumbas en la cama,
con los próximos mil recados
pululando por tu cabeza?

Aminora la marcha.
No bailes tan deprisa.

El tiempo no dura.
La música dejará de sonar.

¿Alguna vez le dijiste a un hijo
"lo haremos mañana"
sin ver por sus prisas
la pena en sus ojos?

¿Alguna vez perdiste el contacto?
¿Dejaste morir una amistad
por no tener tiempo
de llamar para saludar?

Aminora la marcha.
No bailes tan deprisa.

El tiempo no dura.
La música dejará de sonar.

Cuando corres tanto para llegar,
no disfrutas del camino.

Pasar un día agobiado y apresurado
es como tirar a la basura un regalo sin abrir.

La vida no es una carrera.
Tómatelo con más calma.

Escucha la música
antes de que la canción se acabe."

domingo, 2 de mayo de 2010

¿Una cuestión de suerte?

Existen personas que no creen en la suerte si no que todo tiene una causa y una razón de ser. Por otro lado, hay quién cree que gran parte de los acontecimientos y logros conseguidos en su vida son debidos a su suerte. También existen otros que consideran tener mala suerte, y que su desdicha y malaventuranza, son causadas por ella. Por último, se encuentra gente, y en este último grupo me incluyo yo, que no niegan que pueda existir un factor de suerte en la vida, pero que creen que gran parte del éxito se lo labra uno mismo, es decir, que se puede incidir sobre la suerte.
 
En un curso de comunicación que he realizado durante estos tres últimos viernes, se presentó un relato corto titulado “La Diosa Fortuna”. El objetivo de esta fase del curso era comprender la diferencia entre comunicar un texto sólo leyéndolo y hacerlo desde el corazón.  Para hacer esto último es necesario pararte a conocer lo que el texto realmente quiere transmitir, observar y valorar la importancia de cada una de las palabras,  las imágenes que llevan asociadas las frases, las sensaciones que te produce el texto o lo que el mismo significa para ti.
 
Después de haber trabajado el relato observé la belleza del mismo y me gustaría compartirla con vosotros. Así, os animo a que realicéis el mismo ejercicio que yo. Permitiros cinco minutos y pararos a leer detenidamente y a interpretar el mismo.
 
 “Recuerda….
Deberás estar atento, con los ojos bien abiertos y la mirada curiosa.
Deberás cambiar de lugar en vez de esperarla siempre en el mismo sitio, porque bien podría ser que ya haya pasado por allí y nunca repita su paso.
Deberás verla acercarse y reconocerla.
Tendrás que acercarte cuando pase por tu lado: si te distraes no la podrás agarrar ni de la trenza porque ésta cuelga hacia delante.
Si se te escapa no la persigas, porque corre mucho más rápido que tú.
Sólo aprende y permanece alerta para la próxima vez que te cruces con ella.
Me preguntarás: ¿Qué pasa si nunca más te la encuentras…?
No te preocupes ni me preguntes cómo lo sé…
Pero, si te mantienes en movimiento, te la volverás a encontrar…..No lo dudes. “
El mito de la fortuna (Jorge Bucay)
 
La Suerte / las oportunidades siempre están a la alcance de la mano de cualquiera. No nos la encontramos una vez sino varias veces a lo largo de la vida y no merece la pena buscarla puesto que simplemente aparece. Tan sólo es necesario observar para poder identificarla, no tener miedo y arriesgar cuando llegue ese momento.