domingo, 10 de octubre de 2010

El círculo de influencia

“Los músculos se fortifican; los nervios, por el contrario, se debilitan con un empleo excesivo. Conviene, pues, ejercitar los primeros con todos los esfuerzos convenientes y economizar a los segundos todo esfuerzo; por consiguiente, evitemos a nuestro cerebro toda lucha forzada, demasiado sostenida e intempestiva(Schopenhauer).

Para lo anterior, es necesario examinar en qué invertimos nuestro tiempo y nuestra energía mental, puesto que esta es finita y debemos sacar el máximo provecho de ella, utilizándola de una forma eficiente y constructiva.

Cada uno de nosotros tiene una amplia gama de preocupaciones: salud, hijos, trabajo, pareja, familia, etc. Dichas preocupaciones a las que dedicamos tiempo y que nos consumen energía mental, las podríamos categorizar como pertenecientes a nuestro “círculo de preocupación”. Se trata de un concepto que nos ayudará a establecer límites entre aquellos aspectos que nos preocupan de aquellos con los que no tenemos ningún compromiso mental o emocional.
 
Cuando revisamos las preocupaciones que se encuentran dentro de dicho círculo resulta evidente que sobre algunas de ellas no tenemos ningún control real, y con respecto a otras, podemos hacer algo. Podemos identificar las preocupaciones de este último grupo circunscribiéndolas dentro de lo que denominaremos “círculo de influencia” más pequeño.

A continuación es necesario determinar cuál de estos dos círculos es el centro alrededor del cual gira la mayor parte de nuestro tiempo y energías

Las personas cuya respuesta sea “el círculo de preocupación” son personas reactivas, su foco se sitúa en los defectos de otras personas, en los problemas del medio y en circunstancias sobre las que no tienen ningún control. De lo cual, resultan sentimientos de culpa y acusaciones, un lenguaje reactivo y sentimientos intensificados de aguda impotencia. La energía negativa generada por ese foco, combinada con la desatención de las áreas en las que se puede hace algo, determina que su círculo de influencia se encoja

Estas personas reactivas, deben hacer un esfuerzo por centrarse en el “círculo de influencia”, centrarse en aquello que puedan hacer o cambiar que dependa directamente de ellos, respondiendo a la siguiente pregunta: ¿Qué puedo hacer que dependa exclusivamente de mí? Lo anterior,  crea una energía positiva que nos cambia a nosotros e influye en las circunstancias. De esta forma, estamos utilizando la energía de nuestro cerebro de forma efectiva, economizándola y sacando un mayor partido de ella.

Debemos reconocer que está en la naturaleza de las personas reactivas el absolverse de toda responsabilidad con las circunstancias, apelando en muchas ocasiones a las flaquezas de algún otro. Es complicado admitir que se tiene el poder de elegir la respuesta, y que en función de la misma, puedes influir directamente en las circunstancias.

4 comentarios:

  1. Sin querer entrar en sentencias ni tratar de buscar una norma (que no creo que las haya), ya defendía Fromm su visión del humano como ser pasivo y reticente a enfrentarse con decisiones.

    El miedo a ser libre, a ser el único y definitivo responsable de todo lo que a uno le ocurre.

    Precisamente por esa premisa de centrarse en todo aquello que no implica una decisión adulta, los humanos se refugian en cualquier entelequia que les permita trasladar la responsabilidad de su persona a un Ajeno.

    El ratoncito Pérez, Dios, magia, tarot, informática, loas vudú... prácticamente todos los elementos mitológicos dependen de que el ser humano sienta la necesidad de no decidir, de escapar de la responsabilidad.

    Es fácilmente predecible el comportamiento del humano general (y de nuevo quiero recalcar que creo en las excepciones múltiples y no en las normas) desde el momento en que siente stress cuando tiene que decidir: (casi) siempre escogerá el camino con menos stress.

    Sin mencionar, como bien señalas, la proyección de la responsabilidad en terceros que por maldad o flaqueza son los "culpables" de la situación del individuo.

    Siempre he admirado la defensa de Nietzsche de la voluntad de poder y cómo existe la confrontación entre los humanos "voluntarios" y los humanos "reaccionarios" (los términos están elegidos con cierta malicia).

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  2. "Coño" Román, incluso te queda tiempo para temas filosóficos ... me has dejado alucinado, aunque no puedo decir que me sorprenda ;-)

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  3. Alvaro, estupenda iniciativa, siempre he querido hacer algo así ... pero no consigo estirar lo suficiente el dia. Creo que voy a empezar comentando tus 'post' y a ver si así me animo y de paso compruebo si tengo algo interesante que ofrecer

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  4. Totalmente de acuerdo con economizar la energía mental pues se trata de un recurso escaso (y hay determinadas personas tóxicas que consumen innecesariamente mucha de esta energía).

    Creo que la principal diferencia entre ambos tipos de personas es: primero una cuestión de atención (hay gente que ni siquiera se lo plantea), después una cuestión de discernimiento para distinguir lo que está cada círculo, y por último, de tener el valor suficiente para asumir sus propias responsabilidades (tal y como comenta Román).

    No obstante, me quedo con las personas voluntariosas y/o colaborativas, sin duda esa es una de las razones que me impulsaron a salir de mi anterior trabajo y montar la empresa.

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