domingo, 16 de enero de 2011

El contagio de las emociones

Todos nosotros contamos con un circuito abierto en nuestro cerebro, en concreto se trata del perteneciente al sistema límbico que es el que regula nuestras emociones.

Mientras que los sistemas cerrados como el circulatorio, por ejemplo, son autorregulados o independientes del sistema circulatorio de las personas que nos rodean, los sistemas abiertos, por el contrario, se hallan en gran medida condicionados externamente.

La naturaleza abierta del sistema límbico ha tenido una gran importancia en el proceso evolutivo. De ahí que las madres acudiesen al rescate emocional de sus hijos para aplacar su llanto o los centinelas de un grupo de primates diesen la señal de alarma apenas percibir una amenaza. Y este mecanismo sigue vigente en nuestros días.

No podemos negar que las emociones de los demás influyen sobre nuestro funcionamiento fisiológico y, en consecuencia, sobre nuestras emociones. Pero, ¿Hasta que punto?

Este sistema se haya tan profundamente integrado en nuestro funcionamiento que opera de manera inconsciente, llegando a producirse una especie de contagio emocional tanto en las situaciones conflictivas como las placenteras.

La investigación ha demostrado que dicho contagio se produce aún en ausencia de todo contacto verbal. Así, por ejemplo, una investigación realizada con sesenta equipos pertenecientes a diferentes sectores del mundo laboral reveló que las personas que se sentaban juntas en las reuniones acababan compartiendo, en un plazo máximo de dos horas, el mismo estado de ánimo ya fuese éste positivo o negativo.

Dicho sistema abierto posibilita la interrelación continua entre los sistemas límbicos de los integrantes de un grupo, una especie de sopa emocional que cada cual sazona con su peculiar especia.

En el ámbito empresarial, corresponde al líder añadir el ingrediente fundamental, ya que todas las miradas convergen en él buscando orientación emocional. Ésto significa que la observación minuciosa del funcionamiento del grupo pone de manifiesto el papel fundamental que desempeña el líder en el clima emocional del colectivo.

Podríamos concluir que el líder es la persona que determina, de manera explícita o implícita, la norma emocional del grupo siendo el grado de satisfacción y, en consecuencia, la calidad de la vida laboral, dependiente fundamentalmente de las emociones que las personas experimentan en el puesto de trabajo.

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3 comentarios:

  1. Hola, estoy totalmente de acuerdo con tu afirmación y, además, es una parte importante en mis acciones de desarrollo con Equipos Comerciales.
    ¿Hay alguna manera de que me des una referencia donde poder encontrar el estudio al que te refieres de los sesenta equipos comerciales?

    Un saludo y gracias de antemano

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  2. Hola javier,

    Te dejo la referencia: C. Bartel y R. Saavedra, "The Collective Construction of Work Group", p 187 - 231

    Un saludo,
    Álvaro.

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  3. Comparto tu opinión. Sobre todo en la importancia de fomentar agentes de cambio o liderazgo humano en los grupos de trabajo.

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