jueves, 16 de diciembre de 2010

La asamblea de las herramientas

“En un pequeño pueblecito, a las afueras de una gran ciudad, existía una diminuta carpintería famosa por los muebles que allí se fabricaban.

Cierto día las herramientas decidieron reunirse en asamblea para dirimir sus diferencias. Una vez estuvieron todas reunidas, el martillo, en su calidad de presidente tomó la palabra:

– Queridos compañeros, ya estamos constituidos en asamblea. ¿Cuál es el problema que queréis tratar?
 
– Tienes que dimitir, exclamaron muchas voces.
 
– ¿Por qué? ¿Cuál es la razón?, inquirió el martillo muy extrañado.
 
– ¡Haces demasiado ruido!, se oyó decir al fondo de la sala, al tiempo que los demás afirmaban con sus gestos.

– Además –agregó otra herramienta–, te pasas el día golpeando todo.

El martillo se sintió muy triste y frustrado por lo que reaccionó de inmediato.

– Está bien –se sinceró con todos–, me iré si eso es lo que queréis. ¿Quién se propone como presidente?

– Yo –se autoproclamó el tornillo–, yo seré el próximo presidente.

– De eso nada –gritaron varias herramientas–. Sólo sirve si das muchas vueltas y eso nos retrasa todo.

Hubo un pequeño silencio sólo cortado por algún murmullo, hasta que de repente se levantó la lija.

– Seré yo, exclamó.

– ¡Jamás! –protestó la mayoría–. ¡Eres muy áspera en tu trato y siempre tienes fricciones con los demás.

– ¡Yo seré el próximo presidente!, anunció el metro mientras se estiraba.

– De ninguna manera –se ofendió una pequeña herramienta–. Te pasas el día midiendo a los demás como si tus medidas fueran las únicas válidas.

En esta discusión estaba enfrascados cuando entró el carpintero y se puso a trabajar. Utilizó todas y cada una de las herramientas en el momento oportuno. Después de unas horas de trabajo, los trozos de madera que se encontraban apilados en el suelo fueron convertidos en un precioso mueble listo para entregar al cliente. El carpintero se levantó, observó el mueble que había construido y sonrió al ver lo bien quedado su obra. Se quitó el delantal de trabajo y salió de la carpintería.

De inmediato la Asamblea volvió a reunirse. Fue el alicate quien en esta ocasión tomó la palabra.

– Queridos compañeros, es evidente que todos tenemos defectos pero acabamos de ver que nuestras cualidades hacen posible que el carpintero pueda hacer muebles tan maravillosos como éste.

Las herramientas se miraron unas a otras sin decir una palabra. El alicante continuó su discurso:

Son nuestras cualidades y no nuestros defectos los que nos hacen valiosas. El martillo es fuerte y eso nos hace unir muchas piezas. El tornillo también une y da fuerza en las zonas en las que el martillo no debe actuar. La lija lima aquello que es áspero y pule la superficie. El metro es precioso y exacto y nos permite no equivocar las medidas que nos han encargado. Y así podría continuar con cada una de vosotras.

Después de aquellas sabias palabras todas las herramientas se dieron cuenta que sólo el trabajo en equipo les hacía realmente útiles y que debían fijarse en las virtudes de cada uno para conseguir el éxito”.

...Sígueme en @albalius o http://tiny.cc/ozaaw

2 comentarios:

  1. Tengo muchas lecturas a varios niveles de esta historia...

    ¿Y si el carpintero no es especialmente avispado y trata de usar el alicate como martillo? ¿es un problema del alicate o es un problema del "gestor del alicate"?

    ¿Y si tenemos un martillo de baja calidad y resulta que, realmente, es mejor usar el alicate demostrando que el "gestor" es inteligente y reutiliza sus mejores herramientas donde debe?

    ¿Y si resulta que hago "outsourcing" de las herramientas? Ya que están todo el día discutiendo por ver cuál asume el rol de presidente... ¿no me sale más rentable subcontratar un equipo de herramientas externo en el que yo como carpintero pueda hacer de "gestor"?

    ¿Y si realmente el objetivo del carpintero no es crear la obra de mayor calidad posible? Por ejemplo ($deidad no quiera que las empresas se comporten así ;) ), resulta que el objetivo del carpintero es reducir costes y ampliar margen y decide que las herramientas que tantos problemas le dan son caras, que el material que es tan complejo de pulir tiene un TCO demasiado elevado y que todo el proceso debe ser "optimizado" para que le garantice el margen que busca...

    ¿Es real y verdadero que creemos en el trabajo en equipo? ¿DE VERDAD?

    Porque yo no hago otra cosa que ver a gente discutiendo de forma abstracta sobre OPEX, CAPEX y TCO (muchos de ellos sin tener ni idea de las implicaciones reales de cada uno de esos conceptos).

    ¿De verdad, de verdad, de verdad de la buena sabemos lo que es el trabajo en equipo y la gestión de PERSONAS que no recursos humanos, cuando todo el gobierno estratégico de nuestras empresas pasa por indicadores macro en excels, BMS, BI y otras mil siglas para despersonalizar a los individuos y convertirlos en recursos?

    Las empresas ya no producen productos de calidad, se dedican a ampliar márgenes ("dejando progresar en otras empresas" a los mejores martillos, alicates, destornilladores y carpinteros en el camino...).

    Si al final tenía razón Jerry McGuire :)

    ResponderEliminar
  2. Bien de acuerdo, todo perfecto, ¿es real o estamos en "los mundos de Yupi"?. La realidad es bastante más simple, al final se impone la realidad: existen herramientas imposibles de utilizar e incapaces de colaborar lealmente con el resto de instrumentos, son egoistas, egocéntricas, prepotentes y no dudarán en pasar por encima de cualquiera con tal de obtener su propio beneficio, ¿equipo? ¿equipo de que?, venga ya despierta.

    ResponderEliminar